El 24 de enero de 1977 a las 22:40 pistoleros de extrema derecha protagonizaron uno de los días más violentos de la transición política en España. Su objetivo era el despacho de abogados laboralistas de la calle Atocha, en Madrid. A continuación, los asaltantes se perdieron en la noche madrileña. Al día siguiente, el atentado sería reivindicado mediante llamada telefónica en nombre de la fantasmagórica Alianza Apostólica Anticomunista, una definición tras la que muchos veían a los Servicios Secretos franquistas.
Según la sentencia judicial dictada en febrero de 1980, la matanza de Atocha había sido «encargada» por el secretario provincial de Madrid del Sindicato (vertical) de Transportes, Francisco Albadalejo Corredera; la ejecutó un comando compuesto por Fernández Cerrá y Carlos García Juliá, que dispararon mientras Fernando Lerdo de Tejada vigilaba desde la puerta; y contó con la complicidad de Leocadio Jiménez Caravaca y Gloria Herguedes.
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